Cuando la vida te de limones, haz limonada.

Cuando la vida te de limones, haz limonada.

Casi a punto de reabrir CRONOS Tiempo de Todo!, mi hijo Roldán cayó enfermo, acudí como muchos mexicanos al IMSS sólo para revivir amargos recuerdos de desatención y falta de ética.
He afirmado por años mi fé profunda en la Iglesia Católica Romana.
Fé que considero inquebrantable aunque la Iglesia y sus representantes me hayan defraudado en más de una ocasión. El 12 de Diciembre, el día de la virgen, pedí a Dios, pedí a la virgen, el milagro de la salud de mi hijo, y fué un auto de fé, un verdadero milagro encontrar tres ángeles en mi camino. Con mi trabajo en riesgo por la múltiples faltas que la ineptitud de los que se hacen llamar servidores públicos de la clínica 33 y el Hospital de Zona, un señor del área de archivo ó ingresos de la clinica 2, escuchó mi historia de haber sido maltratado por la gente del seguro, me aseguró que mi hijo recibiría la atención y me orientó respecto a los trámites a seguir, mientras hablaba con él, una voz dijo mi apellido y al lado mío se encontraba Luis Orlando Cavazos, el brillante hermano menor de uno de mis mejores amigos de la juventud, a escasos metros de allí en el hospital de gineco obstetricia
me acompañaron los hermanos Cavazos 15 años atrás en la llegada al mundo de mi Hijo Jareth, me dieron apoyo, me brindaron su hogar, me acompañaron en mis temores. Entre mi desesperación la mirada serena de mi antiguo amigo, hoy casi un cuarentón como yo, me sentí reconfortado escuchando noticias de su familia.
Nos despedimos y salí a hacer los trámites convenidos ya con pocos pesos en la bolsa y sin tener todavía diagnóstico de mi hijo quien había estado en sospecha de apendicitis desde el domingo.
Al regresar a la clínica 2, me informaron en urgencias que mi hijo sería admitido a piso y que por lo menos serían tres dias de internamiento, sin dinero, con la casa nueva sola y con mi esposa y yo, con los trabajos pendiendo de un hilo. Despaché a mi esposa a dormir unas horas y presentarse en su trabajo y pasé una noche más en vela viendo a mi pequeñito atravesado de agujas y conectado a sueros en las que unas burbujitas y un goteo lastimero me distraían entre llantos de bebés y clamores de madres desencajadas en otras habitaciones.
Por la mañana, hambriento y desvelado salí a la entrada de urgencias a tomar un poco de aire y me atajó un joven de agradable apariencia, era Francisco Rangel, el hoy adulto de quien ayer fuese un niño que junto con su hermanito Daniel (hoy un flamante estudiante de medicina), fueran de la camada de mis primeros trece alumnos en CAmelot, que posteriormente me llevé al fundar CRONOS Tiempo de Todo!
Su Abuelo estaba internado en urgencias también, darle consuelo a el hombre de cuyo memoria tengo como con todos mis alumnos, casi la de un hijo, era difícil teniendo tanta fatiga y el corazón tan agobiado. ¿Donde estaban los que se dijeron mis amigos? ¿Quién le tendía un pan a mi mujer agotada de hacer caravanas por la ciudad en el frío de los últimos tres días? ¿Quien podría poner en su lugar a malditos burócratas sobrepagados y sobreprotegidos por un sistema arcáico y disfuncional?
Nadie.
-No me hace falta quien proclama algo y no lo llama Dios a estar cerca en la carencia.
-La fuerza de mi mujer y la mía se alimentan de la escasez porque el espíritu no requiere de calorías.
-No necesito influyentes para poner en orden al retorcido y al corrupto, Dios es el juez y mi brazo el fiscal, no me amedrentarán quienes abusan de su poder porque su poder no me subyuga a mí.
Tres ángeles Dios y la virgen enviaron en mi auxilio.
Mi madre y mi hermano con su amor siempre incondicional siempre estuvieron, en medio de sus carencias, en medio de sus limitaciones a dispuestos a auxiliarnos y a los verdareros amigos, les avisé pero no hizo falta pedirles nada, entre tanto dolor y entre tanta confusión había olvidado lo rico y lo poderoso que es el hombre que no necesita nada más que lo que lleva a cuestas.
Victor Vazquez. Gracias
Familia Sustaita Hernández. Gracias
Edgar Bocanegra. Gracias
A los protagonistas de ésta historia... agradecerles en palabras sería burdo. Los años que vengan les harán conocer la gratitud de Aldo Rodrigo Sánchez Tovar.

CRONOS Tiempo de Todo! reabre pronto, que extraña casualidad la que hace que las fechas coincidan con los eventos de hace doce años...

Epílogo:
Mi hijo fué internado finalmente en la clínica 2 del IMSS donde enfermeras y médicos dejaron entrever que mi hijo no debió ser desatendido en la clínica 33.
De hecho resultó extraño ver la hábil manipulación del personal de la 33 para deslindarse de la atención de Roldán.
Por otro lado pese a la amabilidad y esmero de algunos miembros del personal de la clínica 2, resaltan varios hechos que deben conocerse:

1.- En una misma habitación se atienden niños con enfermedades respiratorias, que niños con problemas estomacales.
2.- Algunas enfermeras no se lavan las manos entre manipular pañales y objetos contaminantes para luego aplicar agujas y canalizaciones.
3.- Oxido, sulfatos y herrumbre son la constante en el mobiliario de uso médico así como el mobiliario destinado a pacientes no tiene trazas de ser limpiado y desinfectado.
4.- El pabellón pediátrico tiene acumulaciones importantes de polvo y basura en cada rincón cercano a las camas de pacientes. También hay un número alarmante de cucarachas tanto en áreas comunes como en áreas que requieren asepsia especialmente. (Maté cuatro cerca de la cama de mi hijo)
5.- El personal de seguridad tiene el tacto y el nivel de trato de protozoarios.
6.- Médicos veteranos cansados y aburridos de la sobrecarga de trabajo que lejos de leer expedientes delegan dicha tarea en los jóvenes internos mientras ellos deíficamente dictan diagnósticos basados en su vasta experiencia antes que en un seguimiento riguroso de exámenes y análisis.
7.- Como ya es costumbre pude ver menores de edad emparentados con el personal del hospital, jugando, quitando tiempo y manipulando instrumental en diversas áreas, así como fuí testigo de una mala práctica que conozco bien, que es la de ver a personal administrativo aplicar preferencias por familiaridad con los que se acercaban a las áreas de atención.
8.- Considero que poner pinos navideños, adornos, moñitos y otros ornatos, no justifican volver lenta la atención de los pacientes, así como la sociabilizacón de platicar que tal estuvo la cita ó el reventón del fin de semana.
9.- Contar cosas divertidas y reirse frente a familiares de pacientes graves y fallecidos es una clara muestra de la falta de respeto que demuestran enfermeras, asistentes medicos y medicos incluso.
10.- El que se presente un supervisor a preguntar si ya recibió el paciente, alimento ó medicamentos no garantiza que al informar su ausencia ó retraso, esto renga corrección inmediata, sólamente garantiza neurosis y enfado en los encargados de proveerlos ó administrarlos generando dolor, molestia ó empeoraminto del paciente.
En resumen:
Debo confesar que de las cerca de 50 personas con las que interactué del IMSS en cuatro hospitales diferentes: 21, 33, 2 y 5, sería faltar grávemente a la verdad el afirmar que todos fueron incompetentes ó descorteses, el seguro social es una institución de Estado con la finalidad de promover y proveer salud y bienestar en la ciudadanía. En él concurren lo mismo héroes que villanos. Algunas de las personas que atendieron a mi esposa y a mi hijo fueron gente con verdadera vocación y profesionalismo, que pena que su labor se vea entorpecida por una alarmante mayoría de compañeros suyos.

Ayer desafortunadamente, mientras mi hijo dormía en mis brazos, me llamó mi ex-alumno Paco para informarme que su abuelo, había dejado de existir, casi cumpliendo un extraño ciclo, al escapar mi bebé de las garras de la muerte, la naturaleza, cobró factura en una hermosa familia, separándoles de un ser amado. No soy ingrato, no dejo de agradecer a Dios por la salud de mi hijo, pero no deja de dolerme el cerrar los ojos y recordar un breve instante que pasé hace una década en otro hospital visitando a mi entonces alumno que salía de una delicada operación mientras preocupados sus padres y familiares quizás se preguntaban que importancia podría tener para el niño ser visitado por un desconocido. Desconocido que sabe perfectamente lo que es perder un abuelo y extrañarlo una vida entera.

Caminando bajo el sol abrasador, el catorce de diciembre del 2008 cargando dos bultos bromosos y llevando en los brazos a mi bebé debilitado por la convalescencia cruzé desvelado, hambriento sin un centavo en la bolsa el camino que separaba el hospital del cobijo de mi hogar, avancé entre la plebe dominguera que prefiere que un auto atropelle a un niño antes que quitarse del paso. Caminé sabedor que cada paso me torturaba, pero caminé consciente que mi hijo no podía conformarse con pretextos si se descomponía su "transporte".

Pero aunque la escena parezca lastimera tengo un pequeño comentario para cerrar:
¿Quien es más fuerte? ¿El que teniendo recursos sobrados siempre pretexta para cubrir su incapacidad y su inconsistencia?
¿Ó aquel que descalzo y hambriento no cesa su marcha por inclemente que sea el ambiente?

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