La Fuerza Despierta con el Dragón de CRONOS Tiempo de Todo! Por Aldo Rodrigo Sánchez Tovar
Mil novecientos setenta y siete, comencé a tararear el tema de Star Wars día y noche.
Me regañaban a cada rato en la escuela por eso.
Contaba y recontaba tarjetitas de cartón con imágenes de la película al grado que las maestras tenían que terminar incautándomelas mientras mi mente se angustiaba de que se extraviaran.
Entraba al cine con una antigua grabadora de cassete para dictados y salía con grabaciones que me permitían experimentar la emoción de la película una y otra vez (no había video casero).
Hay fans, hay gente que cree que es el fan más grande del mundo porque tiene muchas cosas.
Yo no dejaba de pensar en una Galaxia muy, muy lejana porque mis padres estaban en la otra habitación acusándose de maltratos y engaños, quién sabe de qué mil cosas más.
No aprendí a amar Star Wars por juguetitos ni espaditas laser.
Realmente me parecía mejor el mundo donde tu destino tenía un sentido épico sin importar cuanta tragedia te tocara.
El remordimiento paga réditos. Como la casa sufría vaivén, me dieron permiso de ir ver la película al cine Elizondo, al Araceli, al Río 70, Cuauhtémoc 70 y otros con mi amigo Pepe, con Oscar Alanís y sus hermanos, con mis primos, con Chayo, quien ayudaba en los quehaceres de casa.
Obvio, funciones especiales por separado con Papá y con Mamá para que supiera que uno me quería más que el otro.
En los Multicinemas Las Américas (hoy Cinépolis), durante un verano, reestrenaron por tres meses las tres películas. Por lo que acostumbraba entrar a las cuatro de la tarde llegando en mi bicicleta, y largándome tres funciones después. Eventualmente, terminé viendo en cines antes del video casero (antes de 1984) Star Wars A New Hope 109 veces, el Imperio Contraataca 53 veces y el Retorno del Jedi sólo 21 veces.
Cuando estrenaron las versiones remasterizadas, acababa de divorciarme y posteriormente no pude ver la trilogía de precuelas con mi hijo mayor.
Toda vez que en el periodo de 1999 a 2005 que ocurrieron dichos estrenos tuve una ruptura romántica muy dolorosa y apenas de "Seif" comencé a vivir junto con Coral al estreno de La Venganza del Sith.
Ahora son casi cuarenta años, y por lo visto, las fanfarrias de Star Wars me seguirán acompañando en una incesante carrera alejándome del dolor.
Hay fandoms con juguetitos y gastando obscenidades en cuanta cosa innecesaria. El mío aquí sigue, ardiendo en el corazón como el niño que modelaba figuras de Plastilina de Star Wars.
Sólo que nadie sabe por qué el niño lo hacía tan obsesivamente.
Star Wars The Force Awakens, ha desbancado al momento presente casi todos los récords y proyecciones de recaudación. Así que la lanita invertida por Rico Mac Pato ya está dejando dividendos.
Estoy contento porque un negocio próspero es la perpetuación de aquello que a momentos de mi vida vi envejecer y marchitarse.
Estoy más contento por los amigos que junto conmigo no son tan alocadamente compradores y son más de crear, disfrazarse, enseñar a otros a realizar armaduras, robots, etcétera.
Que la fuerza esté con todos.
El Episodio Siete.
Nadie deja de hablar del Episodio Siete.
Los puristas con el corazoncito roto aquello que ya saben.
Los expertos instantáneos que declaran que hay un nuevo Ciudadano Kane en la cinematografía (aunque los muy pendejos ni siquiera hayan visto el Ciudadano Kane y lo usen sólo como pomposa referencia).
Que si borraron a cuarenta contactos por ser inmaduros y hacer spoilers... ¿Es en serio? ¿Borrar gente por una peliculita? Mejor bórrenme a mi, no ocupo estar en contacto con quien condiciona amistades por estupideces.
Hace 40 años, Star Wars entró a mi corazón en un momento en el que desesperadamente necesitaba algo a que aferrarme emocionalmente.
No fui un fan comprador.
Fui un Fan productor.
Hice cosas sobre Star Wars y esas cosas me distinguieron.
El Dolor en mi corazón perdura.
Star Wars y la fuerza perduran.
Y Yo perduro con ellos.
Hasta que algo cambie, la fórmula continúa.
Como siempre. Me toca colectar desde el rincón que habitamos los que no estamos vivos del todo.
He celebrado cada fotografía y experiencia que se han llevado mis amigos en las últimas cuarenta y ocho horas por su emoción de ver Star Wars The Force Awakens.
Pero eso no se reduce a cuarenta contactitos de fans locales y los clubes en México. Antes de que hubiera internet y antes de que hubiera interés resurgido en Star Wars, existían los "Pen Pals" Pen Pals eran los amigos por correo que nos escribíamos y nos mandábamos recortes de Star Wars desde un inexistente punto en los mapas llamado Monterrey hasta Nueva Zelanda, Finlandia y Copenague en mi caso.
Al menos así lo manejaron las reglas del club original de Star Wars.
Afortunadamente con los años, algunas personas hemos envejecido quizás amargados, quizás apartados, algunos como yo... desastrosamente infortunados. Pero desde hace unas horas he comenzado a leer otro tipo de experiencias en ver el Episodio VII, unas que no incluyen selfies ni cines llenos de gente disfrazada.
Son las vivencias de amigos que radican en lugares tan remotos como no puede imaginar quien piensa que lo único importante ocurre en Estados Unidos. Especialmente, disfruto al leer lo que redactan personas cercanas a los cincuenta años y que han sido como yo, fans de toda una vida, que escriben sin hacer reproches ni comparaciones, que no le ponen altares a J.J. Abrams ni declaran que gracias a lo que acaban de ver, el mundo cambió, el cáncer está curado y la hambruna solucionada.
Son gente que sonrió al terminar la película al ver que hay algo bueno que ha perdurado a lo largo de nuestras vidas y no se mueren por arruinarle la sorpresa a nadie más ni andan amenazando con cortarle los testículos a quien lo haga.
Curioso.
Es bueno "volver a casa".
Aunque en mi caso, otra vez una película sobre mundos en galaxias lejanas es más agradable que cualquier rincón hacia el que puedo posar mi mirada en estos días.
¡Que la fuerza esté con todos!
Aquí sigo, en la cueva del Dragón, con tanto fuego adentro.
Mientras el mundo progresa pensando que los dragones son leyendas contadas por viejos supersticiosos.
Buena semana.
Arde mi corazón
Lucha Siempre
Delante del hierro
Ojos venideros…
Sabrán la Historia.
“Existen dos maneras de hacer las cosas:
Hacerlas simplemente bien para llenar el requisito.
o
Buscar hacerlas extraordinariamente.
Es elección de cada uno.”
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