El Sábado 21 de Septiembre dentro del programa de actividades de La Feria Cultural Campesina, tendré el honor de presentar un sencillo pero sentido homenaje a la trayectoria del Lic. Arturo Fernando Galaviz Yeverino.
Amigo muy querido.
El programa contempla actividades desde las 3pm hasta las 8 de la noche.
Abasolo 1024 esquina con Mina en el Barrio Antiguo de la Cd. de Nuestra Señora de Monterrey.
Habrá también expoventa de libros para aquellos que si saben que se pueden adquirir libros en otros sitios y momentos que no sean específicamente la FIL.
Y si quieren saber la razón de por qué se homenajea a Fernando y por que lo presento yo, lo diré a mi modo como siempre:
Hace 20 años había media centena de autores y autoras por el Estado de Nuevo León ensayando, autopublicándose y medio intentando jugar a que hacían una cultura de ciencia ficción en un Estado rústico, ignorante y atrasado que sólo consideraba Literatura-literatura a la dramaturgia y cuando alguien publicaba un cursi poemario que le alborotara la hormona a las culturalosas señoras Sampetrinas.
Pero esto cambió cuando Fernando, con visión a futuro y arrojo o en la providencial inocencia de la ignorancia, solicitó espacios y recursos para generar un modesto círculo de lectura de ciencia ficción.
Obviamente que se rieron de su propuesta pero insistió y sin presupuesto, comenzó a generar pequeños puntos de encuentro para amantes de ciencia ficción, fantasía, y horror.
Entonces, poco a poco se fue colando el tema en la apretada agenda de las vanidades culturales de Nuevo León.
La publicación del Libro Mundos Remotos y Cielos infinitos, presentado por Federico Schaffler González, Alfonso Teja Cunningham y un servidor en el año 2013, representó la materialización de un documento que rastrea la realización de Ciencia Ficción Literaria en el Noreste de México desde los años sesentas a la fecha y dejó un referente para futuros estudiosos del trabajo y trayectoria de 40 pioneros e iniciadoras. Por supuesto que como obra humana es perfectible y agrega y omite muchas cosas que señalaran con mordacidad y desprecio los que viven con plaga de parásitos en las posaderas. Pero es un trabajo que pudiendo presentar para su propia promoción y gloria (que es lo que hacen los literatos regios habitualmente) decidió usar como plataforma para dignificar el trabajo de muchos. Me consta la trayectoria de los demás y no necesito la aprobación de ningún clubecito para decir categóricamente lo que he dicho. Palabra por palabra es la verdad y a quien le duela que trabaje para que le pongan su nombre a una cineteca.
¿Por que lo presento yo?
Es muy simple. En éste Estado ignorante y rascuache ni siquiera hay maestros de ceremonias, presentadores culturales o divulgadores con la elegancia, clase, dicción e interés por ser un anfitrión de categoría mundial y que haga lucir al homenajeado como yo.
Lo puedo comprobar porque me han entrevistado, presentado y me han reconocido por 45 años (muy a su pesar) personas que no tienen el básico decoro de informarse a quien presentan, redactar o pronunciar, nombres adecuadamente o preparar con gracia algo para hacer una presentación medianamente aceptable para una secundaria de gobierno de colonia irregular.
Así que Galaviz será reconocido por su trayectoria y yo me encargo de ello porque no puedes dejarle a simios hacer la tarea de seres evolucionados.
Y no acepto reproches ni lloriqueos, si le cala a alguien lo que le he escrito, ya saben donde estaré el sábado para que me den un buen golpe, yo soy más filoso en persona que con tecladitos, de lo contrario, sus opiniones no pedidas ni necesarias como siempre, las meteré al banco por si algún día me causan alguna forma de interés.
Lo que si les digo, es que un buen montón de gente seguiría anónima toda repelente y frikosa escribiendo maquinalmente en fuentes de sodas de refill y cafetines de mala muerte de no ser por el trabajo y promoción que Fernando hizo de sus talentos (y los de algunos, son verdaderamente cuestionables).
Acudir y felicitarlo y dar las gracias de pasada por sus finas atenciones no le quitaría lo extranjero a sus seudónimos y pretenciosos nombres artísticos.
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