Cliffhanger.

Cliffhanger.
Cuando era niño, era muy común ver seriales de televisión y caricaturas en las que acompañabas al héroe a lo largo de una gran aventura, sólo para ver al final de cada capítulo como escapaba el villano y presentaba una nueva amenaza a resolver en la siguiente emisión, en ocasiones incluso dejando al protagonista ó a sus relativos en el borde de un gran peligro.Estos finales emocionantes eran conocidos como cliffhangers.
Creo que la vida de muchas personas es tan desprovista de retos como ver un noticiero del canal de gobierno. Sólo hay que seguir un guión preestablecido, no correr riesgos y mantener la emisión bajo un estricto control, sin aventura, sin riesgo, sin contenido.Muchas personas sólo se levantan en la mañana listas a realizar la rutina diaria y aquello que llaman anhelo ó emoción es tan sólo el futíl espejismo de arriesgarse manejando una bicicleta con dos rueditas laterales de apoyo. Pase lo que pase, no caerán.
En la otra mano, yo siempre he elegido el lado escarpado de la montaña, he retado la ira del déspota, he denunciado al corrupto, he preferido ser fiel a mis compromisos por encima de mi comodidad. Y esas eleccione me han traído siempre como consecuencia, soledad, incomprensión y persecución.
Muchos podrían pensar que al escribir esto, revelo amargura, pero es absolutamente lo contrario. Mientras camino por la calle observo con lástima a la pobre plebe despreciable que prefiere un nuevo celular antes que tener una mayor conciencia y control de sus vidas.
A diario me enfento a pequeñas criaturas viscerales que decantan en emociones incontroladas sus energías antes que aprender el valor de la paciencia y la dedicación.
¿Qué resulta de cada enfrentamiento?
Mayor soledad. El mundo teme a lo desconocido y perder terreno frente a un ser tan inusual vuelve derrota más vergonzosa por lo que mis contrincantes responden con ira aumentada.
¿Qué puede más, la sinrazón extendida ó el racicinio en franca extinción?
No importa la respuesta. Para los seres despeciables no existe la contienda, para ellos la realidad es su absoluta carencia de conciencia.
Para mí por otro lado, tan sólo representa el compromiso diario de vivir a la saga en una contienda que no desgasta sino afina, que no deja ganancias ni paga pero que fortalece el carácter y que a la larga traerá honor a mi legado.
No hay nada que temer. Siempre termina el episodio con el protagonista atado a una bomba cuya mecha se acorta más y más.

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