En la noche con mis recuerdos.

En la noche con mis recuerdos.

En la penumbra refulgen fantasmales las fotografías que me prestaron Michelle y Gabriel.
Son fotos de hace catorce años, son fotos de sus hermanos cuando fueron alumnos míos.
En medio del silencio las he tomado. Mi esposa duerme profundamente y mi hijo ha dejado caer un peluche que abrazaba.
Es tan denigrante y tan obsceno mi trabajo en un ridículo Call Center que paso cinco ó seis horas desintoxicándome del tiempo allí transcurrido.
No es nada del otro mundo,es un empleo honesto en el que recibo llamadas, consulto información en un sistema de intranet y supuestamente resuelvo problemas técnicos.
El punto es que no es cierto. El lugar se encuentra diseñado para quebrar la voluntad de la gente, moviendo arbitrariamente horarios y descansos, en una política más parecida al cautiverio que al ambiente laboral, presume del peso de una firma internacional de la cual es franquiciatario pero que en la realidad aplica normas tan cambientes e incongruentes como el ánimo de un adolescente.

El confrontar cada día el hecho de saber que por el capricho de algún funcionario, en lugar de trabajar doce, dieciseís horas diarias educando mejor la mente de los niños y los jóvenes, tengo que colgarme una placa de mascota al cuello, deshacerme de cualquier objeto pernicioso como libros, lápices, plumas, libretas, celular, etc y entrar en un recinto ocupado mayormente por adolescentes insulsos, carentes de la más elemental educación, y no me refiero a la académica sino a la básica, aquella que se enseñaba respecto a respetar la edad, la condición social ó educativa de otras personas. Mocosos que tratan con sarcasmo y mentiras dictadas por un sistema amañado de cómputo a personas mayormente de escaso nivel intelectual y sociocultural. Y esta actitud es premiada con métricas en las que los más sobresalientes en éstas prácticas viven la promoción del Principio de Peter en la que un incompetente con méritos es "ascendido" a terrateniente de otros incompetentes con méritos menores. La paradoja de las restricciones de acceso como los libros, es la declaración de que "al trabajo no se viene a leer" pero cada 8 metros del recinto tienen sendas pantallas de televisión satelital con realities e incluso pornografía. Supongo que eso si forma parte del trabajo. Especialmente cuando hay peleas especiales de box y partidos de fútbol.
No se hable del hecho que prohibir el uso de celulares en piso es algo que me parece adecuado con dos salvedades: Junto con mi llavero y mi reloj, se trata de un objeto personal de los que nadie tiene razón alguna para separarme de él y que si el problema es el uso, basta con apagarlo pero no pasar por una ridícula "operación mochila" llevada a cabo por guardias con escaso nivel de trato.

Esto amenaza con quebrar mi espíritu cada día mientras las noticias pregonan cada día, aquello que he trabajado catorce años por evitar. Cada día escucho que la sociedad se denigra más y que resulta protagónico quien asesina, roba ó viola, mientras que aquellos que luchan por corregir los problemas son "barridos" bajo la alfombra como desperdicios a ocultar.
Es entre la penumbra y la quietud de la noche que mis manos me muestran las fotos. Niños de sonrisas hermosas, niños de mirada limpia, niños para con los cuales tomé responsabilidad como si fueran propios.
Les ví crecer, aplaudí sus triunfos, sus errores me preocuparon y me llevaron a reflexionar si debí dedicarles más tiempo y atención.

Las fotografías se han escapado de mi mano.

Han pasado los años. Ya no tengo ni el color ni la cantidad de cabello que revelaron las fotos. Mis recursos están casi agotados y sin embargo el sábado no obstante el desvelo yla invasión a mi vida que provoca el Call Center, abriré la puerta de mi hogar para recibir a mis alumnos. "Los Dragones".
Tengo muy poco tiempo para enseñarles a no frustrarse con el fracaso, deben utilizarlo para fortalecerse. Debo afianzar sus valores, enseñarles con el ejemplo a ser honestos (y esto cuesta cuando cada día tengo menos para alimentar a mi familia).
Mi tiempo es escaso para perfilarlos y transmitirles más allá de un "entretenimiento" pasajero, una postura ante la vida, un proceder que les vuelva rocas que deshagan la ola más impetuosa.

Tal vez sus padres lo saben, tal vez sólo cuentan en casa la cantidad de "trabajitos" que realizan en clase. Quizás no puedan ver que dentro de una veintena de años leéran una palabra y podrán comprender su significado porque he procurado enseñarles el origen de nuestra lengua, las leyes del universo, la física planetaria, la real, no las pseudociencias que cada día invaden más a las mentes débiles.

Los Dragones son mi única herencia tangible, las fotografías me han recordado mi consigna y mi vocación. no puedo sentirme agotado, el tiempo es crucial para trabajar ya que en un parapadeo serán jóvenes candidatos a acompañarme en el call center.
Si ellos llegan allí, habré fracasado.

En medio de la noche resuena en mis oídos lo que escuché al pasar por la calle frente a una librería:
"El Señor de CRONOS".
He volteado sorprendido a mirar el rostro de aquel que me dijo tal frase al pasar.
Le he preguntado si nos conocemos y me ha respondido que todos en la convención de Comics me conocen como "El Señor de CRONOS".
Me ha dejado reflexionando, la falta de descanso, la falta de tiempo para frecuentar a las personas y los proyectos valiosos, me ha ido aislando, haciéndome creer que nadie nota mi trabajo. Y es normal, bloquedo ante el gobierno y ante los medios cualquiera puede sentirse inexistente. Pero el hombre de la librería, me ha dado una importante lección. No importa quien dedique esfuerzo en desvanecerme, hago tangible mi mensaje para la gente correcta. El ciudadano real que lucha cada día por hacerse un porvenir.

Estas fotos han sido la renovación de mi contrato con la vida. Cada escollo, cada dificultad a sortear estan allí, porque así debe ser.

Elegí una senda inexplorada. Al ser así, no hay señalamientos, no hay veredas ni hay merenderos.
La gente alrededor mío me compadece y me desea suerte pero he sido consciente de que los que han pretendido seguir mi andar se han cansado y han desistido. En la quietud de la noche estoy solo con mis reflexiones. No estoy tomando decisiones trascendentales, no estoy dando grandes virajes. Consistente con lo que han sido mis últimos años, estoy reflexionando tan sólo, racionalizando y codificando lo que he recibido sensorial y emocionalmente, pero mis actos no se han modificado.
Mañana seguiré denunciando y combatiendo al injusto, trabajaré y continuaré enseñando a contar a Roldán en Griego, Latín, Italiano, Francés e Inglés.

No me es posible desistir porque desistir es demostrar que los mediocres van llenando sus vacantes.

Y en medio de la obscuridad que me rodea, sé que pese a todo, jamás me he permitido ser mediocre.
Tal vez sea la luz de dicho razonamiento lo que ha iluminado las fotos.


ANEXO DE ULTIMA HORA
Al margen de lo escrito, no pude publicar éste texto antes de irme a trabajar y al arribar al Call Center se me ha informado que "work Force" una suerte de departamento de simios parlantes ha determinado que el turno de noche no puede tener agentes de "medio tiempo" y que si quiero seguir trabajando, o me paso a otro turno en la mañana o me vuelvo de "tiempo completo". Lo cual representa una demostración más de lo voluble, incongruente e infantil que resulta la administración de estos lugares, ya que cuando cancelaron el turno de 11 de la noche a 6:30 am, reclamé que iba a ir a conciliación y arbitraje porque esto equivalía a despedirme ya que ningún otro horario me permitía atender las actividades de mi hijo. El gerente en ése entonces, me dijo que solicitara las dispensas que necesitara, como vacaciones, horarios acortados ó restricción de dias de descanso pero que no hiciera más grande el problema. Ahora que ya pasó el tiempo, algún mico con delirios de grandeza ha decidido pasar por alto lo anterior y decretar lo anterior, para simplificar su trabajo, nadie tiene turno acortado en la noche. Esta es la imbecilidad que denuncio constantemente y que crecerá si la gente lo permite.

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