Hace tiempo que no actualizo (Segunda Parte)

 
 



Una de las cosas que más me desilusionan en la actualidad es la ausencia de la lectura razonada.
Generalmente sostengo el hábito de leer con calma y cavilar cada cosa que escriben mis amigos.
Si lo que he leído me parece relevante para comentarlo, trato de que mi invasión sea para aportar humor, ingenio o reflexión.
En ocasiones, venciendo el hecho de que no soy especialmente dotado para la navegación web, trato de ir más allá de lo que comparten y me meto a leer que han hecho los últimos días, trato de sumergirme en su sentir y sus circunstancias.
A los que necesitan consejo trato de dárselos, a los que requieren apoyo, trato de que me tengan presente pero en especial, comprendo que en un mundo egoísta en el que cada uno se preocupa sólo por sus asuntos y su realidad, es necesario escarbar un poquito y sacar de entre sus actividades, aquellas en las que puedo contribuír a difundir mejor sus pensamientos y actividades.
Sin embargo veo con tristeza que no siempre es recíproco. Escribo un texto para que los demás razonen mejor y me encuentro respuestas torpes, las más de las veces mal redactadas.
En otros momentos visito los espacios que he diseñado para que se difunda la cultura, el arte y la creatividad y me encuentro que están desaprovechados, que se utilizan para publicar las mismas sandeces que veo por toda la red.
Sé que esto sólo lo leerán el 3% de mis amigos, lo comentarán el 2% y lo comprenderá el 1%.
Y eso no me entristece.
Lo triste es que probablemente no modificará la manera de actuar ni comportarse de ninguno. Y eso si me deja pensando si es posible en realidad hacer cada día una labor por mejorar los actos humanos.

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